Esta joven de 24 años es la antagonista de Paz Bascuñán en la teleserie “Soltera otra vez” y todos los domingos causa sensación con su rol televisivo en el que interpreta a una sensual y desinhibida instructora de yoga. Sin embargo, en su propia vida, Josefina Montané, quien tiene una hija pequeña, es casi lo opuesto y se asume como una mujer conservadora.
Esta es la historia de la mujer que tiene revolucionada la pantalla de Canal 13, al menos todos los domingos a las 23 horas. Es el relato de la rubia que en pocos segundos de aparición en la nocturna “Soltera otra vez”, se convirtió en Trending Topic Nacional en Twitter.
Imponente, sensual, bella, delirante para muchos, al menos en su personaje, Josefina Montané, actriz de alma, pero no de profesión, modelo desde los 14 años, es una mujer bastante más conservadora y menos liberal que como aparece en su personaje. De partida, no acepta la infidelidad y jamás miraría a un hombre comprometido.
Tiene 24 años y una hija de 3, Colomba. Vive con sus papás y es católica, quiere casarse por la Iglesia, a pesar de asegurar que no tiene prejuicios con convivir. No apoya el aborto ni acepta las drogas. A veces siente que sus generaciones más cercanas tienen un comportamiento excesivo en muchas cosas.
Es cálida, honesta, pero todavía está un poco impactada con el revuelo mediático que ha causado su personaje. Asegura que en la calle no es tal el fenómeno, pero que de la noche a la mañana su teléfono no paró de sonar: la prensa quería saber quién era la guapa del 13 que hacía llorar a Paz Bascuñán (la protagonista) todos los domingos.
Sin embargo, hoy Josefina está inserta en las grabaciones de la próxima nocturna del canal, con un horario bastante intenso y tratando de mantener el equilibrio con su rol de madre, porque a pesar de vivir con sus papás, su mamá desde el principio le hizo saber que ella era la abuela, pero que la crianza estaba bajo su responsabilidad.
Josefina siempre quiso ser actriz, no obstante, a los 18 años optó por el diseño gráfico, asumiendo que no era el momento de abordar su sueño. “No estaba preparada para estudiar teatro. Me encontré chica”. Algo de miedo la detuvo. Raro, sobre todo, porque es modelo desde los 14 años, cuando sus amigas la inscribieron sin avisarle en un scouting que estaba haciendo la agencia Elite en Cachagua.
Cuando habla sobre su experiencia como modelo, deja entrever algo de desencanto. Aun así, intuía que podía ser un camino que le daría cierta independencia económica, y muchas herramientas para manejarse frente a las cámaras, lo que hoy le sirve mucho.
Su motivación principal en el ámbito profesional es perfeccionarse y estudiar actuación, movimiento y todo lo que la ayude a construirse como actriz.
Hace más de un año estaba en Canal 13, rechazando una oferta de “Bienvenidos” para integrarla en el matinal. No estaba convencida. En ese mismo instante, tuvo un ingrato encuentro con el director Herval Abreu. No hubo feeling. Ella estaba nerviosa y él la encontró fría y pesada. Luego, por las cosas de la vida, a él se la recomendaron y volvieron a encontrarse. Esta vez sí congeniaron. El resto es historia conocida.
“Amo ser mamá”
Josefina es la tercera de cinco hermanas, con las que es muy cercana. “No sé lo que es tener un hombre en la casa”, dice. Sus papás son fundamentales en su vida. Estudió en el Colegio Apoquindo y sus grandes amigas son de ahí. De hecho, Josefina fue premiada como “mejor compañera” dos veces. Hoy lamenta profundamente lo que está pasando en ese recinto.
–¿Qué piensas de las denuncias de abusos sexuales que hay en contra de una pareja de auxiliares que trabaja en el Colegio Apoquindo?
–Es un tema delicado y muy sensible. Es grave y el colegio y la comunidad de padres deben buscar aclarar las cosas. Lo que más inquieta son los niños afectados. Hay que preocuparse por ellos a nivel familiar, en el colegio y con especialistas en desarrollo infantil.
–¿Conoces a los acusados? ¿Cómo son?
–No, no los recuerdo.
–¿Cómo reaccionarías tú, si a tu hija le pasara algo?
–No lo sé… ni me lo quiero imaginar. Creo que es un tema demasiado delicado y sólo los papás que han pasado por una situación así saben lo que significa.
Con respecto a su maternidad, Josefina cuenta que, aunque no fue planificada, siempre fantaseó con ser mamá, con la misma intensidad que con ser actriz. “Quería experimentar el privilegio que tenemos las mujeres de tener nueve meses a una persona dentro, un nuevo ser con quien generas una conexión tan profunda”.
Llevaba tres años pololeando con un compañero del mismo colegio cuando quedó embarazada. Ella tenía 20 años. “Lo tomé con mucha felicidad. Junté a todas mis amigas y les dije: ‘Cuéntenle a todas nuestras amigas que estoy esperando una guagua y que estoy muy feliz’”. Fue una manera de evitar los cuentos y el qué dirán, asumiendo que su entorno del colegio podría ser bastante prejuicioso.
–Hace unos años quedarse embarazada era condenado socialmente. Hoy es mucho más condenable no cuidarse, cuando existe tanta información al respecto.
–Sí, traté de ser responsable. Pero a pesar de los cuidados, a veces, como en mi caso, las cosas fallan, son circunstancias y es la vida. Muchas guaguas llegan al mundo sin mucha planificación, incluso dentro del matrimonio. Pero la felicidad que me ha dado la Colomba es infinita y compensa cualquier sacrificio. Ser mamá lo tomo como un regalito que me llegó antes de tiempo y hoy no me imagino mi vida sin mi guagüita.
–20 años. ¿No te aterraste?
–No. Lo afronté muy tranquila. Era la consecuencia de lo que hice. Y mi familia me apoyó. Lo tomaron bien. Tuve un buen embarazo y ella ha sido y es lo mejor de mi vida. ¡Soy feliz! Obviamente cambiaron todas mis prioridades, mi mundo se agigantó y tuve que ser más responsable aún. Además, así me lo exigieron mis papás. Si salía y la Colomba se ponía a llorar, me tenía que volver del carrete.
Cuando su hija tenía nueve meses, terminó con su ex pareja. Relata que eso fue muy complicado y cree que en el distanciamiento influyó mucho este embarazo. “Ambos cambiamos, pero en direcciones muy distintas. Fue difícil. Hoy creo que fue una buena decisión la que tomamos de no estar juntos y la Colomba tiene un papá increíble, es feliz y no le falta nada”. Asimismo, cuenta que el padre de su hija está muy presente y tiene una muy buena relación con la niña. Hoy Josefina tiene otra relación sentimental y está feliz.
–Igual es más fácil la crianza viviendo con tus papás.
–Hago todo más tranquila, pero mi mamá no asume mi rol ni me reemplaza, sólo me ayuda. Yo tengo mis responsabilidades bien claras. Soy la mamá de la Colomba y lo estoy haciendo bien. Bueno, me imagino que eso piensan o quieren sentir todas las mamás. Amo ser mamá… y con la Colomba tenemos una relación especial, de nosotras, muy íntima. Nos entendemos demasiado bien.
–¿Tienes ganas de vivir sola?
–Tengo ganas. Tal vez cuando termine las grabaciones de “Las Vegas”…
“ME cargan las malas vibras”
“Casi me morí del impacto cuando empezaron las llamadas de los periodistas… era un mundo muy desconocido. Ahora la gente en la calle es muy buena onda”, confiesa recordando su debut en televisión.
“Cuando leo mis entrevistas o las cosas que escriben, me pongo nerviosa. Pero entiendo que es parte del trabajo”.
Josefina cuenta que ha sentido apoyo incondicional de sus papás y hermanas. Que ella se tomó la molestia de contarles de qué trataba su personaje. “Pero el personaje nada tiene que ver conmigo. Yo soy más pudorosa. No me paseo en calzones en mi casa y de verdad que soy cero infiel. Jamás me metería con un hombre comprometido”.
–¿Tú crees en el matrimonio formal, en casarse por la Iglesia?
–Yo soy católica y me gustaría casarme. Creo en el amor, en una pareja estable para toda la vida, pero tampoco tengo rollo o drama en convivir. La vida te lleva por caminos curiosos. Es la gracia de vivirla.
–¿Te has desilusionado de la Iglesia con todo lo que ha pasado?
–La fe y los valores católicos son una cosa… En eso creo. La Iglesia está integrada por personas, por seres humanos imperfectos. Es una lata todo lo que ha pasado y me da mucha pena pero, como te dije antes, nadie es perfecto, todos nos equivocamos.
–¿Cómo es tu relación con las drogas?
–Ninguna. Creo que es un tema complejo. No hay una sola mirada sobre él. Claramente, las drogas y el alcohol están presentes en la juventud, pero creo que se consumen por muy diversas razones, en momentos, en carretes… Como no soy parte de ese ambiente, es muy difícil opinar sobre el tema. Queda bien estar en contra, pero no es tan sencillo. Me apena, en general, porque muchos jóvenes se quedan ahí y se pierden. En mis grupos cercanos casi no hay consumo, pero tampoco soy quién para censurarlo. Sí estoy convencida que uno debe intentar controlar su vida y no dejar que la controlen los excesos.
–¿Te cuidas mucho?
–No. En el colegio fui muy deportista, pero ya no. Fui atleta, hice equitación, natación, clases de danza árabe… Lo que sí, en los fines de semana hago harta actividad al aire libre. Y en eso me acompaña mi pareja y mi hija. De hecho, soy embajadora de Adidas.
–Eres una mujer muy bella. ¿Te sientes bonita?
–¡Gracias! Creo que toda mujer busca ser bonita y sentirse bonita. Otra cosa es andar de bonita por la vida. Soy sencilla, así como tú me ves.
–¿Cómo ves a las mujeres de 30 años?
–Yo admiro a la generación de 30 a 40, porque son capaces de trabajar, de ser buenas mamás, dueñas de casa, todo al mismo tiempo. Las de 40 son igual de capaces, pero las de 30 están más encariñadas con la vida, en cambio las de 40 están más enojadas. Sobre 50 les importa mucho lo que dice la vecina… creo.
–Y a ti, ¿te importa el qué dirán?
–A veces. Lo que pasa es que convivimos con la gente y por lo mismo es importante su opinión, pero muchas veces prefiero tomar o dejar ciertas opiniones según de quiénes provengan. Me cargan las malas vibras, la mala onda gratuita o la descalificación. Creo que debemos ser más positivos en nuestros comentarios y opiniones.
–¿Cuál es tu postura frente al matrimonio homosexual?
–Estoy de acuerdo, pero es más complicado lo de la adopción. Siento que ya los hijos de padres separados son marcados como diferentes, entonces que un niño tenga dos papás del mismo sexo es mucho más estigmatizante. Siento que ese hijo es el que va a sufrir más que nadie. Estoy segura de que una pareja gay puede criar a un niño o niña, pero esta sociedad no está preparada para eso. Pero también creo que no se puede generalizar, hay casos y casos. Además, hay parejas heterosexuales que jamás deberían haber sido padres.
–¿Sientes que debe legalizarse el aborto?
–Por ningún motivo. La pastilla del día después sí, pero abortar no. Yo fui mamá, tuve una guagua adentro. Si no la quieres tener, dala en adopción. Las mujeres somos privilegiadas al poder tener un hijo, una vida en nuestro vientre.
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